¿De dónde y a dónde?

Todos solemos tener recuerdo de experiencias realmente significativas que nos han conducido a ser quienes somos a día de hoy. Se trata de un camino de inconmensurable longitud, repleto de variedad de decisiones que tomar y de gran cantidad de personas que han influido en lo más profundo de nuestro ser. ¿A que sí? Posiblemente ya tengas en mente una persona que realmente te haya influido.

Guardo en mis recuerdos variedad de escenas sorprendentemente gráficas de mi paso por el colegio, el instituto y, por supuesto, el conservatorio de música. Todas ellas han sido decisivas para dar forma a mi persona, a ese diminuto ser humano dentro de este enorme globo terráqueo. Y sí, en algunas de ellas puedo ver nítidamente a algunos de mis profesores; mis referentes. Aquellos que compartieron su sabiduría y propias experiencias, aquellos que explicaron, realizaron demostraciones, hicieron reflexionar y cuestionar sobre todo lo que nos rodea y, sobre todo, provocaron INSPIRACIÓN. Y ahí es donde voy a parar. No debemos olvidar que nuestro conocimiento es el resultado de todos esos ejercicios mentales pero concretamente, la inspiración, es una de las maravillas por la que todo educador debiera sentirse realizado si germinase de las jóvenes mentes durante una clase. Favoreciendo la creatividad, la inspiración permite encontrar la solución a un problema, emprender un proyecto o, incluso, sorprender con una riquísima receta. Quehaceres del día a día, ¿verdad?

Desde muy pequeña la música siempre ha formado parte de mí. Las clases de danza y de piano que tanto disfrutaba por las tardes me dirigieron, sin demora, hacia el conservatorio de música. Pero ¿por qué realmente disfrutaba de esas clases? Mi profesora Elia, a quien recuerdo como si fuese ayer, fue el eslabón que me enganchó para comenzar mi trayectoria en las enseñanzas oficiales de música. Y ahí estaba finalmente, en el conservatorio. Una comunidad que no sólo me enriqueció culturalmente, sino que también influyó en el desarrollo de mi personalidad. La relación que tuve con mis compañeros y profesores en el conservatorio fue muy distinta a la que tuve dentro del entorno de las enseñanzas obligatorias en el colegio o el instituto, pero ambas se complementaban. Pude comprender la vinculación que existía entre las materias evitando, así, la compartimentación de la información. Aprendí que el leguaje de las matemáticas tenía mucho más en común con el lenguaje musical que el que podía imaginar. Además, descubrí que el lenguaje musical y los idiomas debían ir de la mano. A la hora de leer una partitura, me encontraba con anotaciones de sus compositores en diversos idiomas, por tanto las asignaturas de inglés, francés y alemán cursadas en el instituto ¡me vinieron de miedo! Lo mismo ocurría con biología, tecnología o educación física. 

Pero el descubrimiento de la estrecha relación entre las materias del instituto con las del conservatorio, ocurrió gracias a aquellos profesores que me hicieron reflexionar y, por tanto, despertaron inspiración en mí. Todo tenía sentido. Gracias a la música, comprendí por qué era tan importante formarse en el instituto y cursar las enseñanzas obligatorias. No sólo era importante porque la LOE lo dictase. Era necesario para convertirse en personas funcionales del siglo XXI. Por tanto, sin más dilación, la pasión por mi instrumento, el fagot, y mi interés por los idiomas y otras culturas fueron dos cabos que debía atar de alguna manera. Tras finalizar con la dichosa selectividad – como si toda nuestra joven vida hubiésemos sido preparados exclusivamente para tal estandarizado reconocimiento – me embarqué en un viaje a tierras anglosajonas donde me formaría en su cultura para ser músico. ¿No suena genial? En
Inmersión en el sistema educativo, España y Reino Unido hablo sobre las diferencias y similitudes de ambos sistemas educativos.

Ahora que ya conocéis de dónde y a dónde voy a parar, no sólo como docente, sino también como músico, mi mayor deseo es y siempre será principalmente inspirar a mis alumnos y alumnas a través del conocimiento y mi propia experiencia, porque es exactamente lo que consiguieron mis profesores crear en mí.

Comentarios

  1. Que bien que vayas a llevar inspiración al aula. Alguien saldrá tocado.

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    1. Ay jo, ¡muchas gracias Cris! Esperemos que salgan tocados positivamente 🤞🏼🤞🏼

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